A su hijo le han quitado una astilla. La astilla es un trozo de material muy delgado que se incrusta muy adentro de la piel. En ocasiones, después de que se quita una astilla, aún queda un trozo pequeño dentro del cuerpo. Es probable que no cause ningún problema.
En la mayoría de los casos, la herida que deja la astilla se cierra sola. En algunos casos, quizás se use cinta quirúrgica para cerrarla. Si el corte es más profundo, quizás se cierre con puntos (suturas).
Cuidados en el hogar
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Para aliviar el dolor, puede usar medicamentos según las instrucciones que le dé el proveedor de atención médica de su hijo. No le dé aspirina, a menos que el médico así lo indique. Tampoco le dé ningún otro medicamento sin preguntarle primero al proveedor.
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Si la zona se humedece, séquela suavemente con un paño limpio. Cambie el apósito por uno seco.
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Lávese las manos con agua corriente limpia y jabón antes y después de cuidar la herida. De esta forma, ayuda a prevenir infecciones.
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Deje el apósito original en su lugar durante las primeras 24 horas. Cámbielo si se moja o se ensucia. Después de las 24 horas, cámbielo una vez al día o según le indiquen.
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Limpie la herida todos los días. Primero, quite el apósito. Luego, lave la zona suavemente con agua limpia y jabón, o según le hayan indicado. Use un hisopo de algodón humedecido para aflojar y quitar la sangre o la costra que pueda haber sobre la herida. Después de haber limpiado la herida, aplique una capa fina de pomada antibiótica, si se la han recomendado. Después coloque un apósito nuevo.
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Cuidado de la cinta quirúrgica. Mantenga la zona seca. Si se moja, séquela con una toalla limpia sin frotarla. La cinta quirúrgica suele caerse en los 7 a 10 días siguientes. Si no se ha caído pasados los 10 días, puede quitarla usted mismo. Coloque aceite mineral o vaselina en una bolita de algodón y suavemente frote la cinta hasta que se despegue.
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Cuidado de los puntos. Limpie la herida todos los días. Primero, quite el apósito. Luego, lave la zona suavemente con agua y jabón, o según le hayan indicado. Use un hisopo de algodón humedecido para aflojar y quitar la sangre o la costra que pueda haber sobre la herida. Después de haber limpiado la herida, aplique una capa fina de pomada antibiótica, si se la han recomendado. Después coloque un apósito nuevo.
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Revise la herida a diario para ver si encuentra algún signo de infección. Por ejemplo, enrojecimiento, calor y supuración de la herida. Tenga presente que la herida puede infectarse a pesar de recibir un tratamiento adecuado.
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Asegúrese de que su hijo no se rasque, restriegue ni hurgue la zona de la herida. Es probable que a los bebés sea necesario colocarles mitones para que no se rasquen.
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No sumerja la herida en agua. Haga que su hijo se duche o tome baños de esponja en lugar de bañarse en la tina. No deje que su hijo nade.
Visitas de control
Asista a las visitas de control con el proveedor de atención médica de su hijo o siga las indicaciones recibidas.
Cuándo buscar atención médica
Llame al proveedor de atención médica de su hijo de inmediato si se presenta cualquiera de las siguientes situaciones:
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Su hijo tiene fiebre de 100.4 °F (38 °C) o más alta, o según le indique el proveedor de atención médica.
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Signos de infección, como calor, enrojecimiento, hinchazón o secreción de la herida.
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El dolor empeora. Los bebés demuestran su dolor con llanto o con irritabilidad que no se calma.
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Author: Wheeler, Brooke
Online Medical Reviewer: Liora C Adler MD
Online Medical Reviewer: Raymond Kent Turley BSN MSN RN
Online Medical Reviewer: Rita Sather RN
Date Last Reviewed: 06/01/2020
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